Se denomina pareado a las estrofas de dos versos que riman, sin importar el número de sílabas; por lo general poseen rima consonante (aunque pudiera ser también asonante) . Se usaron en los motes y divisas de los escudos y en el Refranero y, por imitación de los pareados de alejandrinos franceses, en el Modernismo con versos de catorce sílabas. Ejemplos:
- Me ha salido un pareado
- sin habérmelo pensado (Popular)
- De este mundo sacarás
- lo que metas, nada más (Refrán)
- Yo he hecho lo que he podido
- Fortuna, lo que ha querido (Mote del siglo XV usado por el Conde de Salinas, XVII)
- Hipogrifo violento,
- que corriste parejas con el viento (Pedro Calderón de la Barca, XVII)
- Me acuso de no amar sino muy vagamente
- una porción de cosas que encantan a la gente (Manuel Machado, Retrato, siglo XX)
- Las hijas de las madres que amé tanto
- me besan ya como se besa a un santo (Campoamor)
- Cada hoja de cada árbol canta un propio cantar
- y hay un alma en cada una de las gotas del mar (Rubén Darío)
La alegría es un pareado compuesto por un pentasílabo y un decasílabo. Lleva rima asonante.
- Vente conmigo
- a las retamas de los caminos (Popular)
- Sale de la alcoba
- coloradita como una amapola (Popular)
El aleluya es un pareado de versos octosílabos con rima consonante:
- La primavera ha venido
- nadie sabe cómo ha sido (Antonio Machado, siglo XX)
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